El agua es un elemento vital para el desarrollo de las regiones, satisfaciendo las necesidades de las poblaciones, la industria y los ecosistemas. La Península de Santa Elena se caracteriza por ser una región con un importante déficit hídrico, donde las fuentes locales de agua dulce son escazas y generalmente asociadas a los acuíferos presentes. Es por esto que sus cabeceras cantonales acceden al agua a través de canales abiertos y embalses que trasladan el vital recurso desde el Río Daule (a más de 200 Km de distancia). Esta situación ha desencadenado una total vulnerabilidad de los pobladores de esta región de una fuente externa, provista a través de infraestructura hídrica, que en ocasiones ha fallado y ha conllevado a la falta del recurso por varios días. A esto se suman los potenciales conflictos futuros al competir por el agua con otras grandes ciudades que también dependen del río Daule (ej. Guayaquil con cerca de 3 millones de habitantes). En la zona rural de la provincia de Santa Elena la situación es un poco diferente. Aquí la gestión del agua está en manos de estructuras comunitarias encargadas de la gestión de los sistemas de agua potable (juntas de agua), quienes aprovechan y dependen enteramente de los recursos hídricos locales para satisfacer sus necesidades domésticas y productivas (ej. agricultura). Sin embargo, el reciente desarrollo de la región ha conllevado a la ampliación de la frontera agrícola (con la consecuente deforestación), al incremento de la demanda de agua por parte de la población, y a la creciente demanda de agua por parte del sector acuícola debido al incremento de laboratorios de producción de larvas de camarón en la región. Este desarrollo local ha conllevado a una mayor presión sobre los limitados recursos hídricos de la región, presión que podría acrecentarse aún más ante escenarios de cambio climático y cambio de uso de suelo. El presente proyecto busca desarrollar y proveer herramientas de apoyo a la toma de decisiones en torno a la gestión del agua en la cuenca del río California en Valdivia, provincia de Santa Elena. Para esto, el proyecto ejecuta acciones en tres ejes principales. Primeramente, un proceso comunitario de levantamiento de información sobre el ciclo hidrológico en la cuenca, para lo cual con acompañamiento de la autoridad nacional de meteorología e hidrología (INAMHI) se procederá a la instalación de estaciones para el monitoreo de variables hidro-climáticas. Se busca con este eje empoderar a la comunidad en torno a la importancia del cuidado de estas estaciones y la valía de la información levantada para el conocimiento de la disponibilidad hídrica. Un segundo eje busca la construcción de un modelo de balance hídrico en la plataforma WEAP que permita a la comunidad, a la junta de agua, y a los demás usuarios conocer la disponibilidad del agua en la cuenca bajo diferentes escenarios, incluyendo escenarios de variación climática, incremento de la demanda y crecimiento demográfico. Esta herramienta permitirá transparentar la información en torno a la disponibilidad del recurso a fin de que los diferentes usuarios del agua de la cuenca lleguen a acuerdos en torno a su aprovechamiento sostenible. El tercer eje busca promover una cultura de manejo eficiente del agua en las comunidades, para lo cual se promoverá la difusión de prácticas eficientes y la adopción de tecnologías de bajo costo para el uso y re-uso de agua en los hogares de la comunidad. Finalmente, un cuarto eje trabajará sobre el tratamiento de efluentes de procesos artesanales ejecutados por la comunidad para la preparación de la paja toquilla, materia prima empleada en la confección de los mundialmente conocidos sombreros de paja toquilla (i.e. sombreros de Panamá).